Presentada la programación pastoral diocesana 2016-2017

  • El documento ha sido preparado por el Colegio de consultores, los arciprestes y delegados diocesanos «en plena sintonía y continuidad» con la programación del pasado curso pastoral.
  • La familia, los jóvenes y la propuesta vocacional, la vivencia personal de la fe y su dimensión social, y la clausura del Año de la misericordia centrarán los trabajos este año, «consolidando lo trabajado en los cursos pasados».
  • Junto a una extensa carta pastoral del Administrador diocesano y la programación se adjunta un calendario de actividades para el año pastoral.

«En el período actual de sede vacante son muchas las cosas que no podemos llevar adelante siguiendo el principio general de no innovar nada pero no podemos dejar de ser Buena Noticia para aquellos que se acercan y forman parte de nuestras comunidades» ha señalado Gabriel-Ángel Rodríguez Millán, Administrador diocesano de Osma-Soria, en la presentación de las líneas pastorales que marcarán el trabajo de la Iglesia que peregrina en tierras sorianas durante el presente curso. Ante decenas de personas que se han congregado en el Cine Roma de la Casa diocesana (Soria), Rodríguez Millán ha manifestado que las propuestas indicadas por el Colegio de consultores, los delegados y arciprestes «no pretenden reducir la acción pastoral sino únicamente poner el acento en alguna de las realidades que atendemos para que sirvan de comunión y de estímulo».

Citando a San Juan Pablo II ha recordado que «no se trata de inventar un programa nuevo. El programa es el de siempre, el recorrido por el Evangelio y por la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar para vivir en Él y transformar con Él la historia. Es un programa que no cambia al variar los tiempos y las culturas aunque tiene cuenta del tiempo y de la cultura para un verdadero diálogo y una comunicación eficaz»; también ha indicado que, siguiendo esta máxima del Papa polaco, «debemos priorizar la santidad, la oración, la Eucaristía dominical, el sacramento de la penitencia, la primacía de la gracia, la escucha y el anuncio de la Palabra, y el afán misionero».

En el documento presentado, en relación con cada una de estas líneas pastorales se indican también un conjunto de acciones a desarrollar. Se trata de sugerencias que se proponen para que cada parroquia, arciprestazgo, grupo, movimiento, asociación o entidad pueda escoger la que considere más adecuada a fin de conseguir el objetivo pastoral respectivo. «Es conveniente que al comienzo de curso, cada parroquia, UAP, arciprestazgo, delegación, movimiento, etc., estudie con calma esta programación para que, haciéndola suya, pueda sacar de ella el máximo provecho en beneficio del grupo o comunidad y sin perder de vista la prioridad de la comunión», ha recordado el Administrador diocesano, animando a que «todas las instancias pastorales de la Diócesis, a mitad de curso, hagan seguimiento de la propia programación».

Y citando al Papa emérito Benedicto XVI ha concluido: «No somos un establecimiento de producción, no somos una empresa que aspira a obtener ganancias, somos Iglesia. Es decir, somos una comunidad de personas que se encuentra afincada en la fe. La tarea no es elaborar algún producto o tener éxito en la venta de mercancías. La tarea consiste, en cambio, en confesar sin miedos la fe, en celebrarla gozosamente, en vivir coherentemente y en testimoniarla con valor y alegría».

Junto con el Administrador diocesano han intervenido el Vicario de pastoral así como los delegados de familia y vida, infancia y juventud, Cáritas y liturgia para desgranar cada uno de los cinco pilares sobre los que se sustenta la programación pastoral:

  1. Pastoral familiar: Se insta al trabajo con los novios, continuar con las catequesis pre-bautismales en los hogares de las familias, los grupos de matrimonios así como la escuela de padres. Además de aplicar estos instrumentos, «es fundamental en el campo de la pastoral familiar profundizar en la Exhortación del Papa Amoris laetitia y ofrecer a quienes se acercan al matrimonio una experiencia previa de primer anuncio que provoque el encuentro personal con Jesucristo. También, a nivel diocesano, daremos continuidad a las convivencias de matrimonios». Un campo especial, en el que se seguirá trabajando por medio del Teen star, es la formación afectivo-sexual.
  2. Pastoral juvenil y vocacional: Peregrinaciones, seguimiento personal tras la JMJ, conciertos, testimonios cristianos y vocacionales, etc. son «actividades que al joven le pueden seducir pero han de estar complementadas y animadas por un crecimiento posterior en la fe». Se seguirá trabajando con curso ALPHA, se dará continuidad a las convivencias de confirmandos por zonas y se comenzarán con algunas convivencias vocacionales.
  3. Vivencia de la fe en grupos pequeños: A lo largo del pasado curso pastoral se inició la herramienta pastoral Discípulos misioneros que pretende favorecer el crecimiento en la fe desde el encuentro con la Palabra de Dios, con la celebración de los sacramentos y en un ambiente de cercanía, al ir dirigido a grupos pequeños de profundización en la fe; recoge el desafío que el Papa Francisco hace en Evangelii gaudium: «Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre discípulos misioneros» (n. 120). En cuanto a la profundización de la fe se ofrece la Escuela de agentes de pastoral abordándose dos cuestiones fundamentales: una profundización en el domingo a nivel teológico y pastoral así como un ahondamiento en la doctrina e implicaciones pastorales de la Exhortación Amoris laetitia.
  4. La caridad y compromiso socio-político: Se quiere hacer presente a los pobres, los alejados, los excluidos, «aquellos que han de ocupar un lugar privilegiado en la misión de la Iglesia» buscando en el anuncio del Evangelio «mayor generosidad y dedicación, yendo más lejos del análisis, juicio o discurso concretando la caridad y el compromiso socio-político de la fe«. Se proponen dos niveles de acción: uno teórico, trabajando y estudiando la Doctrina Social de la Iglesia y del Papa Francisco; otro práctico, fomentando el voluntariado en organizaciones eclesiales o sociales, como presencia en la vida de la Iglesia y en la vida pública. Para el impulso de este objetivo de la caridad y del compromiso socio-político «no es suficiente que lo pongamos en manos de los canales ordinarios que poseemos (Cáritas, Manos Unidas o grupos especializados en determinados aspectos sociales) sino que todos los creyentes, en nuestro hacer, sentir y vivir, hemos de estar formados y comprometidos en esta dimensión».
  5. Clausura del Año de la misericordia: En cuanto al Año de la misericordia, que concluirá el 20 de noviembre, «es importante que, en el primer momento del curso pastoral, se siga insistiendo en ello para que los fieles de nuestras comunidades puedan enriquecerse de las actividades propuestas y vivir el espíritu con el que se propuso el Año Santo: peregrinación a la Catedral y Concatedral para atravesar la puerta santa y tener la oportunidad de alcanzar la gracia jubilar, celebración del sacramento de la penitencia y peregrinación por los pueblos con el estandarte de la misericordia». Además de estas actividades, «se hace necesario buscar acciones y compromisos que expresen y encarnen la misericordia».

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