Despedida de los PP. Franciscanos de la ciudad de Soria

Los PP. Franciscanos se han despedido hoy tras 100 fructíferos años de presencia y misión en la ciudad de Soria. El obispo de Osma-Soria ha presidido una emotiva celebración de la Eucaristía en la iglesia del convento junto al Padre Provincial de la Orden Franciscana en la Provincia de Aránzazu, Juan Mari Martínez de Illarduia, los vicarios episcopales, miembros de las comunidades religiosas y numerosos fieles que querían acompañar a los PP. Agustín, Sebastián, Paco y Carlos en este delicado momento.

Al comienzo de la celebración, el P. Carlos ha expresado el sentido de celebración y acción de gracias de la Eucaristía, añadiendo que “ese es el sentimiento que domina en nosotros, los franciscanos, en este momento”. Ha dado también las gracias a los sorianos “por su acogida y cariño” y a la Iglesia diocesana “en la que hemos sentido la comunión eclesial y la amistad de fieles y sacerdotes”.

Mons. Martínez Varea ha recordado en su homilía la ingente labor realizada por los franciscanos en Soria, “una larga lista de obras apostólicas que han influido para el bien de la sociedad soriana”. Y, “ante este momento de desesperanza y tristeza que produce la partida”, ha instado “a vivir la fe desde una actitud esperanzada”. Por otra parte, ha recurrido a la figura de la Iglesia como viña del Señor, “llamada a dar fruto, a iluminar la esperanza de la vida nueva del Evangelio a todos los hombres, algo que no han dejado de demostrar los PP. Franciscanos durante estos cien años”. Concluyó su homilía citando unas palabras de la Carta del santo de Asís a la Orden, en las que recuerda la confianza en la omnipotencia de Dios, dueño de todo designio: “que, en Trinidad perfecta y en simple Unidad, vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los siglos. Amén”.

Poco antes de concluir la Misa, el Padre provincial de la Orden, transmitió un esperanzador mensaje de despedida en tres sencillas palabras: gracias, perdón y misión cumplida. ‘Gracias’, “por los 100 años de hábito y hálito franciscano en esta ciudad, años en los que han sido muy felices los 120 padres que han pasado por el convento en este tiempo”; ‘perdón’, “por tener que irse en estos tiempos de reducción y repliegue al no haber hermanos de reemplazo y, en particular, a las hermanas Clarisas y a los hermanos menores de la orden en esta dolorosa despedida”; y sensación de ‘misión cumplida’: “todo lo que hemos hecho y construido ha sido siempre con vosotros y gracias a vosotros, con vuestra colaboración incondicional siguiendo juntos el talante de San Francisco”. Y lanzó un firme mensaje de esperanza: “Los franciscanos llegamos por primera vez a Soria en 1214, en 1835 fuimos expulsados, regresamos en 1920 y hoy, por fuerza mayor, nos vemos obligados a irnos de nuevo. Pero los franciscanos volveremos a Soria, por eso quiero deciros adiós, gracias y hasta la vuelta”.

Finalmente Mons. Martínez Varea ha entregado un pequeño presente a los PP. Franciscanos en nombre de la Diócesis de Osma-Soria, como muestra de agradecimiento y signo de fraternidad y cariño. Lo ha recibido el P. Francisco Jimeno, el P. Paco, único soriano de la comunidad. Ha sido una despedida muy emotiva por lo mucho que los PP. Franciscanos han significado y significan para Soria. En palabras del Sr. Obispo, “nunca se irán de nuestro corazón y estaremos siempre unidos en la oración”.

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