Ha concluido la Semana de oración por la unidad de los cristianos celebrada este 2012. Como cada año, entre los días 18 y 25 de enero se ha unido en oración la Iglesia de Cristo bajo el lema «Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo» (1 Co 15, 51-58).
En la Diócesis de Osma-Soria la Delegación de ecumenismo y diálogo interreligioso ha vivido una semana muy intensa, con muchos momentos de encuentro, de oración, de actividad común, de conocimiento mutuo, de testimonio conjunto, de realización y planteamiento de proyectos, etc.; en definitiva, una semana en la que católicos, ortodoxos y baptistas han compartido como hermanos una misma visión del camino hacia la unidad que se ha de recorrer siguiendo la voluntad de Cristo: «Te pido que todos ellos estén unidos; que como Tú, Padre, estás en Mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste» (Jn 17,21).
El programa diseñado por el grupo ecuménico Abretusmanos (formado por la delegación católica con el P. Ángel Hernández Ayllón al frente; por la comunidad ortodoxa rumana en Soria, dirigida por el P. Juan Ionita; y los ministros baptistas Jim y Anjani Cole, representantes de la Comunidad Cooperativa Baptista de Abilene, Texas) ha sido muy rico y diverso, y ha contado con el seguimiento y apoyo de un numeroso grupo de cristianos que han asistido y se han ido quedando atrapados por la fuerza y el atractivo de la oración y el esfuerzo común por alcanzar la unidad visible de las diferentes confesiones cristianas de la única Iglesia de Cristo.
El miércoles 18 comenzó la Semana con la celebración de una charla en la Casa diocesana de la capital, a las ocho de la tarde, presentada e introducida por el delegado de ecumenismo y diálogo interreligioso, el P. Ángel Hernández Ayllón, junto a diversos miembros de las tres confesiones del grupo ecuménico organizador. En ella se explicó qué es la Semana de oración por la unidad de los cristianos, se comentó el lema para este año y la preparación del mismo por parte de las Iglesias de Polonia y se presentó el programa de actividades para toda la Semana, repartiendo el material para los participantes.
El jueves 19 se continuó con una conferencia en el Centro cultural «Gaya Nuño» de Soria, impartida por el P. Ángel Hernández, por el P. Juan Ionita y por Jim y Anjani Cole, que contó con la presencia del Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa. El título de la charla fue «Unidos en el camino y la misión: por Jesucristo»; en ella se hizo una exhortación a la toma de conciencia de que los cristianos están llamados a una búsqueda de la unidad en la misión, desde la diversidad; a ser aliados y no enemigos; a compartir los dones particulares de cada Iglesia y compartirlos; a conocerse y encontrarse para dar testimonio juntos de lo que es seguir a Cristo, y hacerlo no sólo con palabras sino también con obras, en el caminar, en el vivir, en el compartir; en definitiva, una unidad de acción visible, que sea verdadera y creíble, para una evangelización poderosa. El P. Juan Ionita hizo referencia, en una interesante y rica intervención, al concepto de unidad en la Tradición y la Sagrada Escritura; y Jim y Anjani Cole, por su parte, establecieron un paralelismo entre la comunidad y el país del que proceden y la realidad en nuestra sociedad, manifestando su convencimiento de que la colaboración, la compenetración, el trabajo conjunto y la oración en común son esenciales para llevar la Buena Noticia de Cristo al mundo. Mons. Melgar Viciosa pronunció como conclusión unas palabras en las que reconocía la necesidad de la oración y la búsqueda del encuentro, del testimonio común y el intercambio de dones entre las Iglesias y Comunidades cristianas para conseguir una evangelización efectiva, que tanto necesita nuestra sociedad.
El viernes 20, a las ocho de la tarde en la iglesia de San Juan de Rabanera, tuvo lugar la celebración central de la semana, la Vigilia, una preciosa oración ecuménica por la unidad de los cristianos, que fue presidida por el Obispo oxomense-soriano, por el P. Juan Ionita, por Jim Cole y por el P. Ángel Hernández. Un momento muy especial y esperanzador fue cuando todos los participantes compartieron el oplatek, unos panecillos que -según la tradición polaca- se comparten el día de Nochebuena como signo de amor y fraternidad; en este contexto eran como un gesto simbólico del deseo de poder compartir un día, en comunión plena, la Mesa del Señor. Por último, todos los asistentes se acercaron a recibir la bendición y un saludo afectuoso de los ministros.
El sábado 21, a las seis de la tarde, la comunidad ortodoxa rumana en Soria recibió a todos los participantes en la Semana de oración en la Ermita del Mirón, templo en el que se reúnen y celebran. Fue ésta una ocasión para contemplar la belleza de la oración ortodoxa, de gran recogimiento y profundidad espiritual. Seguidamente, la comunidad ofreció una merienda a base de ricos platos rumanos y, sobre todo, una cálida y cariñosa acogida.
El domingo 22 la convocatoria fue en la Plaza de San Esteban, de Soria, a la una y media del mediodía; allí se realizó una oración pública, con música y velas encendidas, con el propósito de mostrar que Cristo es la Luz que brilla en el mundo e ilumina la vida de los cristianos. Seguidamente, tres representantes de las diversas confesiones leyeron el Manifiesto por la unidad de los cristianos; los lectores fueron Anjani Cole -baptista-, Cosmin Hapca -ortodoxo- y Gregorio Alonso -católico-. Un centenar de personas participaron en esta experiencia de oración en la calle, unidos en torno a Cristo.
El lunes 23 se proyectó la película «Feliz Navidad», en el Cine Roma de la Casa diocesana a las siete y media de la tarde. El film tenía una características muy especiales pues narra un hecho real, el alto el fuego que se produjo en la Nochebuena de 1914 en algunos puntos del frente en el que luchaban escoceses y franceses contra alemanes en plena Primera Guerra Mundial; mostraba, así, un testimonio básico y extremo del significado de la reconciliación y del triunfo del amor sobre el odio en la vida personal y colectiva.
El martes 24, de cinco a siete de la tarde, el grupo ecuménico salió a la calle a entregar la ejemplares de la Palabra de Dios. Se colocaron dos puestos con Biblias en la plaza del Rosel y de san Blas, uno, y en Marqués de Vadillo, el otro, y se regalaron Biblias a las personas que pasaban por el Collado. Se trataba de comunicar el mensaje de amor de Dios y ofrecer su Palabra a toda persona. La respuesta fue muy positiva: tres confesiones cristianas y una sola Biblia.
Finalmente, el miércoles 25 -a las siete y media de la tarde y en el Colegio del Sagrado Corazón- tuvo lugar el acto conclusivo de la Semana de oración con la Santa Misa presidida por el delegado episcopal de ecumenismo. Al concluir la celebración, el grupo ecuménico se reunió en los salones parroquiales de la parroquia de Santa María La Mayor para dialogar y establecer una serie de propuestas de acción para los meses venideros; allí se compartieron, además, impresiones y regalos, y se disfrutó de un ambiente de amor y unidad. Los proyectos que el equipo se planteó realizar a lo largo del presente año fueron: celebración cada dos meses de una reunión de discernimiento de los realizado; programación e intercambio de ideas; realización a lo largo del presente año de un viaje para visitar la comunidad ecuménica de Taizé, en Francia; puesta en marcha de una acción social conjunta; un proyecto de presencia ecuménica en los medios; publicación mensual de una hoja ecuménica; elaboración de un santoral; y un proyecto de evangelización consistente en repartir Biblias.
A continuación, y para concluir la Semana, los miembros del grupo ecuménico cenaron juntos y estrecharon aún más los fuertes lazos de amistad y fraternidad en el camino en el que Dios les ha unido: la búsqueda de la unidad.