Celebrada la primera sesión del curso de acompañamiento espiritual-vocacional

Durante la mañana del sábado 17 de diciembre se ha desarrollado la primera de las tres sesiones del curso de acompañamiento espiritual-vocacional organizado por la Delegación episcopal de pastoral vocacional. El curso se ha preparado, como ha manifestado del delegado, Rubén Tejedor Montón porque «una de nuestras grandes inquietudes, como agentes evangelizadores, es la de acompañar a aquellas personas, especialmente jóvenes, que nos piden consejo, orientación, apoyo y ayuda para avanzar en su vivencia de la fe, respondiendo cada día con mayor generosidad a la voluntad de Dios y discerniendo esta voluntad divina en sus propias vidas».

Una veintena de participantes (sacerdotes, religiosas y catequistas) han asistido a este encuentro que se ha mantenido en la Casa diocesana «Pío XII», de la ciudad de Soria, y que -como sucederá en las otras dos sesiones restantes- ha estado dirigido por la priora del Monasterio de la Conversión, de Becerril de Campos (Palencia), Sor María Prado González, OSA.

La reflexión dirigida por la religiosa palentina se ha desarrollado teniendo como base el Documento «Nuevas vocaciones para una nueva Europa», fruto del Congreso europeo sobre las vocaciones celebrado en 1999.

En la primera sesión (al comienzo de la cual se ha hecho presente el Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa) los participantes han reflexionado -en un primer momento- acerca de la situación vocacional y el mundo de hoy, situación que ha sido definida por la ponente como un «mundo deshabitado, insolidario, desorientado y desesperanzado» dominado por «el hedonismo, el nihilismo y los fundamentalismos de todo signo». De esta manera, ha afirmado la religiosa, «nuestro mundo gira en torno al yo, a la nada o a la ideología».

El segundo momento de la mañana, antes del trabajo y comentario en grupo, ha estado centrado en determinar «cuál sea el fundamento de la fe, el kerygma, que hay que proponer al joven que vive en este mundo descrito». «Éste no es otro, ha comentado Sor Prado, que saber dar respuesta a la pregunta que late en el corazón de todo hombre: «¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad?» Y esta respuesta es Jesucristo que ha dicho que Él ha venido para que «tengan vida y la tengan en abundancia» y que ha dicho de Sí mismo «Yo soy la Vida»».

Terminados los trabajos y la reflexión de la mañana, los participantes en el curso han compartido juntos la comida en la Casa diocesana.

La próxima sesión, la segunda, que girará en torno a la teología de la vocación (para determinar en una tercera cómo acompañar al joven de hoy) tendrá lugar el sábado 15 de enero.

Comparte esta noticia
Facebook
X.com
LinkedIn
WhatsApp
Email