La Diócesis de Osma-Soria vibró con la Solemnidad del Corpus Christi

Por toda la geografía diocesana se celebró con gran fervor y piedad el domingo 26 de junio la Solemnidad del Corpus Christi. Mención especial merecen las celebraciones de esta solemnidad litúrgica desarrolladas en la capital soriana y en la Villa episcopal de El Burgo de Osma.

En Soria, a las once de la mañana, el abad de la S. I. Concatedral, Carmelo Enciso Herrero, presidía la Santa Misa a la que asistió un gran número de fieles juntamente con decenas de niños que acaban de recibir en los últimos meses por vez primera la Sagrada Comunión en las distintas parroquias de la ciudad. Al finalizar la Eucaristía, todos partieron en procesión hasta la Plaza de Mariano Granados donde se impartió la bendición con el Santísimo Sacramento; desde allí, los fieles y sacerdotes concelebrantes se dirigieron hasta la parroquia de El Salvador donde concluyó la celebración.

Igualmente, con gran lucimiento y esplendor, se celebró la mencionada Solemnidad del Corpus Christi en la Villa episcopal de El Burgo de Osma. A las doce y media de la mañana, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, Obispo de Osma-Soria, presidía la Santa Misa Estacional en la S. I. Catedral. Al finalizar la Santa Misa, cientos de fieles (aquí también procesionaron los niños que han recibido en este año la primera Comunión en El Burgo de Osma) salieron de la Seo burgense en procesión por el itinerario acostumbrado pisando las vistosas alfombras florales que, en palabras del teniente de alcalde de El Burgo de Osma, Jesús Alonso Romero, «la creatividad, la ilusión y el esfuerzo de 440 voluntarios habían hecho posible». Tras las acostumbradas estaciones en tres altares distribuidos por el recorrido se emprendió la marcha de regreso hasta la Catedral, en cuya plaza el prelado oxomense-soriano impartió la bendición con Jesús Eucaristía a todos los presentes.

Si algo llama la atención en la Villa episcopal en esta solemnidad son las alfombras que adornan las calles desde la plaza de la Catedral hasta la plaza Mayor. El trabajo para preparar estas preciosas y vistosas alfombras comenzó hace meses con la elección de los motivos y de la elaboración del material. En la tarde del sábado 25, víspera del día del Corpus, se comenzaron a dibujar en el suelo los bocetos de los dibujos realizados con anterioridad. Tras el duro trabajo de más de tres horas (desde las ocho hasta pasadas las once de la mañana) las alfombras estaban terminadas puntualmente antes del comienzo de la celebración litúrgica en la S. I. Catedral. En total, se realizaron más de 3500m² de dibujos con 7000kg de viruta tintada y varios camiones de hierba picada.

La iconografía que se desplegó en las calles en este año tuvo un marcado carácter palafoxiano. Amén de motivos geométricos y vegetales fue la siguiente: en la puerta de San Miguel, del templo catedralicio, el Padre Eterno, Dios del Universo; el Buen Pastor, en la plaza de la Catedral, gran clípeo del que colgaba un cíngulo con el Alfa y la Omega, con la fuente enmarcada con un gran estrella; el emblema oficial de la beatificación de Palafox en el palacio episcopal; una niña vestida de primera comunión con una exhortación a cuidar el mundo, hasta la altura de las calles Obispo Rubio Montiel y Francisco Tello; la Inmaculada Concepción, en el tramo de la calle Mayor entre Rubio Montiel y Francisco Tello y el arco de El Cubo; motivos geométricos y vegetales, una Virgen Inmaculada y el emblema de la Jornada Mundial de la Juventud, hasta la plaza Mayor; la elevación del Cirio Pascual en el frente del antiguo Hospital de San Agustín y, finalmente, una gran alfombra en la plaza Mayor con el emblema episcopal del beato Palafox.

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