Ahmed El Boutaybi nació en Guercif, en el este de Marruecos, en 1974. Junto a su esposa Chadia y a sus tres hijos, Ghizlane, Adnane y Adam, vive en Soria desde hace once años. Licenciado en Derecho, es actualmente el presidente de la Comunidad islámica de Soria. Queremos saber cuáles son sus impresiones acerca de la terrible realidad que está golpeando al mundo, tras los recientes atentados en París, Líbano o Túnez y los que están sucediendo cada día en países como Siria, Egipto, Nigeria, Mali, Sudán y tantos otros.
En primer lugar, quisiéramos pedirte que hicieras un breve análisis de la situación que estamos sufriendo en el mundo a causa del terrorismo yihadista.
Es una situación muy triste y difícil. Según mi punto de vista, lo que estamos viviendo no es algo nuevo. Ya llevamos muchos años con la misma historia del terrorismo y cada vez que ocurre algo, como los últimos atentados, las circunstancias se repiten. Ésta es una época en la que se mezclan las ideologías y los hechos. Después de los atentados de Francia ha vuelto el sufrimiento y dolor, sobre todo en dos sentidos: primero, pensamos en las víctimas y los familiares, y vivimos con mucho dolor en el corazón lo que están sufriendo injustamente; en segundo lugar, estamos intentando construir convivencia y estos hechos nos afectan pues cada vez que ocurre algo así es como si la construcción se detuviera y tenemos que adoptar una actitud de defensa, volver a empezar otra vez. Lo que más afecta es la ignorancia de los que están en el terror porque no saben lo que son los valores del Islam. Y, por otra parte, también en Occidente hay gente a la que le gusta pescar en río revuelto y lo utilizan para sus intereses y para extender sus ideas.
El terrorismo y la islamofobia son dos caras de una misma moneda pues los dos buscan tener más apoyo en la sociedad. El uno se alimenta del otro y los dos se alimentan del odio. Tratan de crear un espacio de odio, de no convivencia, de no tolerancia. Nosotros venimos de nuestros países de origen en los que hemos tenido una convivencia pacífica durante muchos siglos. Los que nacimos en los años 1970 y 1980, antes de la aparición de Daesh y de Al Qaeda, desde pequeños nos hemos educado en la cultura islámica y hemos vivido en la tolerancia, la convivencia, el respeto a los demás y la libertad religiosa. Nuestros vecinos eran judíos y cristianos, y nos gustaba oír la lectura de la Torá en la sinagoga e ir con nuestros amigos a la iglesia, nos encantaba el vestido del sacerdote y nos sacábamos fotos con él, no nos daba miedo, le saludábamos, nos reíamos con él… Esto lo hemos vivido personalmente, no lo hemos estudiado, lo hemos leído en la realidad. Esta es la reflexión que puedo hacer de lo que manda el Islam.
¿Cómo habéis vivido el surgimiento de Al Qaeda, Daesh, etc. de lo que muchos llaman «Estado islámico»?
Desde la Guerra fría, por intereses económicos y políticos, empieza el yihadismo en la frontera montañosa entre Pakistán y Afganistán; en un principio fomentado por algunos países del Golfo para enfrentar a los soviéticos, de quienes era partidario el gobierno de Afganistán. Los afganos árabes fueron llevados a Afganistán para enfrentarse a los soviéticos. Cuando estos se fueron, los grupos de afganos árabes se convirtieron en el sentido contrario. Bin Laden era uno de sus líderes. Éste es el comienzo de esta ideología contra Occidente. Estos grupos no han vivido nunca en una sociedad normal, han estado aislados y entrenados para luchar contra los soviéticos primero y luego contra Occidente. El Islam no tiene que ver con esto. Los grupos terroristas, aunque muy poderosos, son muy reducidos. Por el contrario, somos 1500 millones de musulmanes en el mundo que sí sabemos lo que es el Islam. A nosotros también nos matan, como a los occidentales.
¿Cómo estáis viviendo vosotros, musulmanes en Europa, este difícil momento?
Nosotros hemos venido preparados de nuestros países de origen con un mensaje de paz, de tolerancia. Desde pequeños hemos oído las campanas de las iglesias porque también forman parte de nuestra cultura musulmana y de la civilización del este. A lo largo de siglos y siglos, las iglesias cristianas en Siria, en Egipto y en estos países se han mantenido y han pasado por ellos gobernantes musulmanes durante toda la vida. Estos terroristas ahora los están matando… Esto no tiene nada que ver con la cultura musulmana. En Europa existe esta convivencia también. Como musulmanes podemos practicar nuestra religión, nuestra fe musulmana, sin problemas. Los cristianos creyentes nos encantan, tenemos muy buena relación con ellos. Los Obispos han sido muy claros, es muy importante lo que han dicho estos días. No es extraño en un creyente, en alguien que tiene fe en Dios. A mí me encanta practicar la fe y que otros la practiquen, cada uno desde su religión.
Los atentados no forman parte de nuestra religión. Provocan un rechazo hacia los musulmanes y benefician a los que tienen intereses en este conflicto. Hemos visto pintadas en la mezquita el domingo después de los atentados de París pero no las hemos tenido en cuenta. Estos gestos vienen de la noche, de la oscuridad, de lo oculto, de gente que se esconde y no les vamos a hacer caso porque nosotros somos de la luz. En Soria vivimos muy tranquilos, tenemos respeto a la sociedad y la sociedad nos respeta. También aquí, al haber más creyentes que en otros países de Europa, es más fácil la comunicación porque tenemos algo en común: nuestra fe en Dios.
Me ha gustado mucho la declaración del Papa Francisco: Hay que distinguir entre Islam y terrorismo. Él entiende muy bien lo que está pasando en el mundo, los conflictos. Tiene mucho conocimiento sobre estos acontecimientos. Nos encanta su apoyo a los musulmanes. Eso tiene que tener su eco en la sociedad. El Papa, para los cristianos de Europa, es todo. Y nosotros, como musulmanes, sabemos que es alguien que puede favorecer el acercamiento entre todas las religiones que están en España. Sus palabras siempre van en el sentido de la paz y de la libertad religiosa. También los Obispos están colaborando a nivel de la convivencia y a nivel personal.
Aquí en Soria tenemos una muy buena relación con el P. Ángel Hernández Ayllón, delegado episcopal de ecumenismo y diálogo interreligioso de la Diócesis de Osma-Soria; siempre me llama por teléfono ante cualquier circunstancia con un mensaje de apoyo. También ahora tras los atentados en Francia. Siempre ha apoyado a la comunidad islámica, nos ha ofrecido su ayuda y la relación es muy buena y así va a seguir. Realizamos las jornadas de convivencia y de diálogo, y en el día a día convivimos a nivel personal y colectivo. Muchas veces comemos juntos, nos sentimos como una familia grande. No solamente es lo que creemos y practicamos, es lo natural, es lo que tiene que ser entre amigos. Los atentados no han afectado nada en Soria.
Es muy importante el conocimiento. Somos culturas diferentes, cualquiera que quiera saber cómo es el Oriente debe ponerse las «gafas» de Oriente y lo mismo debemos hacer nosotros si queremos saber cómo es Occidente. Tenemos que conocernos, es el camino para acercarnos. Cierto es que aquí no hemos visto racismo; sólo una cierta distancia, no con mala fe, que parte del desconocimiento mutuo. En esto son muy importantes nuestros hijos. Nuestros hijos van al colegio juntos, son amigos. Los niños pueden hacer también que los padres nos acerquemos unos a otros y compartamos.
Por otra parte, hay una revolución en la cultura a nivel mundial. La vida ahora no es la misma ni para los occidentales ni para los orientales. Esto está cambiando para todos. El mundo va muy rápido, la globalización, las redes sociales, etc.; es un mundo de confusión en el que casi no tenemos tiempo para reflexionar y esto no es bueno. También están cambiando las relaciones sociales: antes el vecino formaba parte de la familia y ahora hasta las propias familias se están dividiendo. Hay muchos cambios y hay que buscar remedios. En esto somos iguales, musulmanes y cristianos.
Ahmed ¿qué mensaje te gustaría transmitir a la sociedad soriana?
Para mí, para nosotros, un buen cristiano es algo bueno para un buen musulmán. Si él practica su religión, de una manera u otra va, a respetar a los demás. Vinimos a España para buscar una situación económica mejor, una vida mejor que no nos han podido ofrecer nuestros países de origen. Nuestra identidad nos la da nuestra cultura y nuestra religión pero siempre dentro del respeto a la religión cristiana, a las leyes y las normas que se aplican en España y en Europa.
Tenemos familias en Marruecos y en otros países que nos preguntan por todo. Y les gusta que les hablemos de nuestra buena relación aquí. Les gusta oír los gestos que tenemos aquí; luego ellos transmiten estos gestos como buen ejemplo y así se extiende el mensaje. Les gusta mucho a los musulmanes que nunca han venido a Europa que se respete aquí su religión (no robar, no mentir, no provocar daños a los demás). Y piensan que Europa está mejorando porque aplica lo que dice la religión. En mi familia se emocionan al saber que aquí hay gente cristiana que está rezando por ellos.
Y otro mensaje que quiero decir: una buena educación para los niños es que no se pierdan esos valores esenciales cristianos. Tenemos que trabajar juntos con nuestros niños y hacer un gran esfuerzo para una convivencia a partir del colegio, colaborar con las Delegaciones de Educación, intentar favorecer que los niños cristianos aprendan a ser buenos cristianos y que los niños musulmanes aprendan a ser buenos musulmanes. Y evitar al máximo que los niños accedan sin control a internet y a las redes sociales tan perjudiciales. Tenemos que comprometernos seriamente con la educación de nuestros hijos.