Crónica del retiro para jóvenes

El fin de semana del 22 al 24 de noviembre, veintiún jóvenes de la Diócesis se dieron cita en Santa María de Huerta para participar en el retiro organizado desde la Delegación episcopal de infancia y juventud y la Vicaria de pastoral. Los jóvenes procedían de las parroquias de Almazán y Ágreda; El Salvador, El Espino, Santa Bárbara y Nuestra Señora del Espino (en Soria); dos religiosas nazarenas y una universitaria de capital soriana.

El Obispo, Mons. Gerardo Melgar Viciosa, quiso compartir con el grupo el comienzo del retiro; con cariño y mostrándose muy cercano con los jóvenes, les habló del sentido del retiro y de la importancia de tener tiempos para encontrarse con Dios, con uno mismo y con los demás. Tras la visita del prelado y la cena, los participantes tuvieron un cine-fórum en torno a la película «42» y un tiempo de oración.

El sábado comenzó a las ocho y media de la mañana poniéndonos en las manos del Señor para ofrecerle todo lo que iba a ser el día. Tras desayunar, dedicaron la mañana completa (que culminó con la Santa Misa) a la oración y la reflexión a través de las dinámicas, proyecciones, experiencias, textos bíblicos (como el del joven Timoteo), etc. Por la tarde, después de comer y dar un paseo por el pueblo, se retomó el tiempo de oración en torno a un pasaje del Evangelio de Juan (Jn 1, 36-39) dándose cuenta de cómo el encuentro con Cristo marca la vida del que lo recibe; al finalizar la tarde se ofreció a los jóvenes experimentar la misericordia de Dios a través del Sacramento de la reconciliación. Tras la cena, un tiempo prolongado de adoración del Santísimo.

El día siguiente, Domingo de Cristo Rey, se centró la reflexión y la oración en la necesidad de un plan de vida en relación con Dios, con uno mismo y con los demás. El culmen de la jornada fue la celebración de la Santa Misa.

En este retiro hemos experimentado las palabras de Pablo: «No permitas que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los demás cristianos» (1 Tim 4). Con estas líneas agradecemos la participación en este retiro de los jóvenes, damos gracias a Dios por los dones que nos ha concedido, pedimos por tantas personas que nos han tenido presente en sus oraciones, por las personas que han hecho posible este retiro y por las religiosas del Sagrado Corazón de Santa María de Huerta que nos han cuidado tan bien.

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José Sala Pérez

Delegado episcopal de infancia y juventud

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