Del 7 al 9 de noviembre tuvo lugar en el Seminario “Santo Domingo de Guzmán” de El Burgo de Osma el VII Retiro de Emaús para mujeres de la Diócesis de Osma-Soria. En esta ocasión han caminado 29 mujeres y han servido 40, la mayoría de nuestra diócesis.
El Retiro concluyó el domingo a las cinco de la tarde con la celebración de la Eucaristía presidida por el Administrador Diocesano, Gabriel-Ángel Rodríguez Millán, y la participación de muchos familiares y amigos de las participantes, entre los que se encontraban los jóvenes que realizaron el Retiro de Bartimeo.
En la Eucaristía de clausura, el Administrador diocesano, recordó que un final en clave Emaús no es cierre sino comienzo real del camino. Señaló que lo vivido estos días está llamado a transformarse en estilo de vida, decisiones concretas y entrega en la vida cotidiana, porque la experiencia espiritual se valida al volver a la realidad diaria.
A partir de las lecturas proclamadas, describió el itinerario Emaús como esa corriente de agua que nace pequeña, pero que, si se deja crecer, se hace torrente capaz de generar vida y de sanar lo estancado. Subrayó que cada mujer está llamada a ser templo vivo y a permitir que esa corriente circule hacia fuera, en la Iglesia y en el mundo, sin encerrarse en un círculo espiritual cerrado.
Invitó además a dejar que Cristo purifique el templo interior, ordenando lo esencial y liberando espacio para lo que da vida, porque la Pascua -afirmó- inaugura un modo nuevo de vivir desde dentro.
Finalmente, envió a las participantes a la misión concreta en la vida real: familia, trabajo, heridas y periferias femeninas donde falta acompañamiento y reconocimiento. Los animó a custodiar un espacio interior diario, a vivir gestos gratuitos de escucha y de acompañamiento, y a mantener el corazón abierto a la Iglesia, para que la gracia recibida se convierta en fecundidad y servicio.
