El domingo 5 de octubre, la parroquia de Almazán acogió la celebración diocesana de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado. A las 10.30h, D. Julián Ortega Peregrina, presidió la Eucaristía en la parroquia de Santa María de Calatañazor, acompañado de los párrocos de la localidad; a continuación, en los salones parroquiales, los delegados diocesanos organizaron un encuentro entre todos los asistentes con el objetivo de fomentar la integración social y el respeto mutuo, creando una convivencia intercultural armoniosa y promoviendo el intercambio de experiencias.
El lema de esta jornada se enmarca en el año jubilar de la esperanza que estamos celebrando, “Migrantes, misioneros de esperanza”. En el mensaje que el Papa León ha dirigido a toda la iglesia con motivo de esta jornada, nos recuerda que las personas migrantes son para nosotros signos visibles de esperanza, «En un mundo oscurecido por guerras e injusticias, incluso allí donde todo parece perdido, los migrantes y refugiados se erigen como mensajeros de esperanza. Su valentía y tenacidad son un testimonio heroico de una fe que va más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y que les da la fuerza para desafiar la muerte en las diferentes rutas migratorias”.














